Ya hace unos cuántos años que visité esta maravillosa ciudadela amurallada, pero lo recuerdo como si fuera ayer. Su fortaleza que alberga esa vida medieval, con sus calles empedradas, sus tabernas, pasadizos, y entradas monumentales.
Recuerdo su enorme mercado medieval, con unas riquísimas patatas asadas, su pista de patinaje y el mercadillo de Navidad tan especial, sin que faltase ningún detalle de los grandes mercadillos navideños europeos. Las atracciones de la ciudadela son muy amenas, la casa del terror, la escenificación y pasacalles.
La verdad que aconsejo visitar tanto la parte medieval como la ciudad moderna. En la parte moderna hay una tienda de juguetes antiguos, una de las más bonitas que he podido ver.
Y para hospedarse, el Hotel de la Cité. Está situado dentro de la ciudadela, con todas las ventajas y lujos que eso conlleva, como es el trasladar tu imaginación a esa edad media, observando y escuchando por la ventana esos pasos sobre el suelo adoquinado.
Sin duda, aconsejo viajar a esta ciudad. Y las fechas, Diciembre sin duda. Un plan perfecto para ir con la familia y niños o si lo prefieres un plan romántico. Tanto en uno como otro, quedaréis tremendamente asombrados por la belleza y los rincones de Carcassonne.
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