domingo, 7 de agosto de 2016

A la Luna llena de Salamanca....





Cuando tomas la decisión de estudiar una carrera universitaria lejos de casa piensas y valoras muchos factores y opiniones. En mi caso, lo tenía claro. Quería Salamanca por muchos motivos, uno de ellos porque mi facultad se encontraba en la monumental Plaza de Anaya.


Una vez que ha pasado el tiempo, y he vivido allí, y más tarde he vuelto de visita, no deja de sorprenderme la alegría que esta ciudad desprende. Si lo que buscas es diversidad, este es el lugar; encontrarás una gran diversidad de gente, como estudiantes, turistas y los propios salmantinos. Comprobarás al primer momento un agradable ambiente fresco y joven.
Salamanca es muy famosa por su cultura y la gastronomía. Pero sobre todo, por ser Patrimonio de la Humanidad con multitud de rincones y edificios históricos.



Es en su centro histórico donde se concentran la mayoría de ellos, por lo que os doy uno de los principales consejos: si decidís visitarla, debéis hacerlo a pie ya que la mayor parte del centro es peatonal por lo que es maravilloso pasear por sus calles empedradas, por las puertas de entrada y salida de la Plaza Mayor y escuchar al mismo tiempo murmullo de los viandantes.

La luz en Salamanca es una ilusión. Las fachadas de los edificios están en su mayoría construidas con la famosa piedra de Villamayor. Una piedra que está compuesta por óxido de hierro que hace que con el paso del tiempo, los efectos de la luz, el sol aire y la lluvia se vuelvan de color rojizo. Por lo que los amaneceres y puestas de sol en esta ciudad son dignos del más bello paisaje visual. La luz transforma el interior y exterior; un único resplandor baña las doradas fachadas.


Yo sinceramente recomiendo realizar un recorrido por el centro histórico, de manera tranquila, e intentando conocer y entender los misterios que esconde esta ciudad.
Por supuesto hay que visitar la Plaza mayor y tomar unas fabulosas tapas de costillas en el Bambú, un farinato en el Cervantes o un sabroso jamón de Guijuelo en la Ruta de la Plata.
La Plaza Mayor de Salamanca es para mí una de las más bellas de España. Sin menospreciar a la de Madrid, León, Córdoba, Valladolid, etc...
El edificio histórico de la Universidad, la más antigua de España, donde hay que buscar la famosa figura de la rana que según dice la tradición, encontrarla es fundamental para tener suerte en los exámenes. Yo la encontré, aunque he de reconocer que necesité de mucho esfuerzo. Hoy día hay tantos souvenirs que te ayudan a encontrarla más fácilmente.
La Casa de las Conchas, famosa por su precioso claustro y su fachada decorada de cientos de conchas, hoy actual biblioteca. El puente Romano, el Huerto de Calisto y Melibea, la Casa de Lis, todos ellos lugares imprescindibles dentro de tu ruta.
Salamanca tiene un reloj interior, en espacio-tiempo.  Un punto de encuentro de generaciones universitarias y no universitarias. El Reloj de la Plaza Mayor. Una plaza alegre, amena y llena de inventiva.

Sin duda, Salamanca es un lugar donde perder la noción del tiempo, trasladarte a otra época, es un lugar de reunión, de ilusiones, de vivencias......El mundo se pensó en Salamanca, un lugar con una historia tan espléndida como misteriosa. Ven a visitarla, no te defraudará.


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